Si te
sorprende la tormenta, un costillar de elefante no te servirá como cobijo, si
el animal esta en los huesos debido al paso del tiempo, las gotas se colaran
por los resquicios y te seguirán mojando, si no es así, la piel no te dejara
resguardarte dentro.
De las muchas tormentas que últimamente se han generado sobre mí, la que más me preocupa es la que se aviva dentro de mi cabeza cuando precisamente le intento dar descanso y me voy a la cama.
Todos pensamos en la muerte. Yo la imagino con la misma cara que mi profesora de Matemáticas de 3º de la ESO que curiosamente era la Directora del colegio y además Monja. No sé por qué, pero pese a llamarse Esperanza, era experta en fulminar "Mis ganas de ser Bueno".
Así la imagino yo, con los oídos cargados de ruegos, caminando hacia mi con temple y sosiego... Si algún día llega ese momento espero no tener que retarla a una partida de ajedrez como bien escenifico el gran "Ingmar Bergman" en "El Ultimo Sello", llámame moderno pero soy más de PS3 y en concreto, del juego que todos conocemos por "FIFA".
Creo que jugar con la muerte a algo no debe ser divertido. En cambio, tengo la sensación de estar jugando con ella día tras día sin darme cuenta.
Tengo la imagen de mi cuerpo vacío pintada en la cúpula del mayor de mis miedos y escribo esto debido a que otra vez, esa imagen, me ha vuelto a quitar el sueño. Solo espero aprovechar el tiempo y consumirlo todo mientras mi cuerpo siga lleno.
Al fin y al cabo no voy a matar ningún elefante. Estoy acostumbrado a mojarme.

Dios! Me encanta!
ResponderEliminarEres muy grande Jose Javier,veo que manejas la prosa a la altura de tus letras, que ya es decir.
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